El conde Drácula sería un hombre respetable en la Rumania actual, donde se va a castigar a brujas o adivinas con una pena más del siglo XXI que de la Edad Media: pagarán impuestos. El gobierno rumano anunció la semana pasada que a partir de ahora reconoce como profesiones oficiales las de “adivino, astrólogo y practicantes asimilados”. Estos nuevos oficios se publicaron en el boletín oficial del Ejecutivo en la categoría de “servicios personales”, junto a otros como profesor de auto-escuela, embalsamador o criado.
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