La polémica envolvió el concurso desde el principio. Está abierto a mujeres desmembradas por minas antipersona, uno de los escasos activos en los que Camboya es rica. Detrás está el artista noruego Morten Traavik, defensor de la moralidad del concurso. La finalidad, más allá de la modernísima pierna ortopédica de premio, es mostrar que una mina no le arranca a una mujer ni la belleza ni la dignidad. También se pretende que la sociedad las reciba como supervivientes y no como víctimas, además de alertar de los peligros de las minas antipersona.
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