El Consell camufló en la ley de acompañamiento una sutil modificación que le permitirá utilizar inmuebles públicos de forma indiscriminada para tapar los agujeros de sus propias empresas. El cambio, del que no se ha informado de forma abierta, solo afecta a un artículo de la ley. Con la supresión de solo una frase, la Consellería de Hacienda podrá capitalizar las empresas públicas sin inyectar dinero del que no dispone. Esta operación ha sido cuestionada de forma contundente por la Sindicatura de Comptes en su último informe de fiscalización.
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