El fallo reconoce el anormal funcionamiento de la administración por no haber advertido a la profesora del comportamiento agresivo del alumno, que la golpeó en la cara y la agarró por el cuello, mientras la sujetaba contra la pared con la rodilla, delante del resto de estudiantes. La mujer pedía una indemnización de 392.700 euros por incapacidad permanente. La sentencia, no obstante, considera que la incapacidad derivada de esa agresión es de tres meses y una secuela consistente en un síndrome de estrés postraumático.
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