Ser realista no implica ser pesimista y ser optimista no es sinónimo de indocumentado. La situación en España y en el primer mundo, es peor que la que disfrutó esa misma zona hasta hace dos años. Si la comparamos con el tercer mundo, vivimos descaradamente en la abundancia. Para tener una visión del caso concreto de nuestro país, basta con ser octogenario como yo y volver la mirada atrás para ver qué hicimos bien y qué hicimos mal.
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