El mensaje pretende ser claro: quien se desvíe de los compromisos de ajuste del gasto público que se establecerán en la nueva ley de estabilidad y sostenibilidad se tendrá que atener a las consecuencias. Si no recortas serás procesado. Pero la amenaza del gobierno olvida convenientemente el pasado. Importan más los recortes que vendrán que el despilfarro de años pasados. La hipocresía parece no tener límites. Es una broma pesada que el ex alcalde de Madrid, sin duda campeón olímpico de la deuda, sea el actual ministro de Justicia.
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