Galileo señaló que el tamaño de los animales del planeta sigue una ley que los limita denominada del cuadrado-cubo. Si pudiéramos crear una gallina diez veces más grande, deberíamos seguir esta proporción, porque de lo contrario no podría moverse: al multiplicar por el cuadrado su superficie muscular pero por el cubo su volumen, su fuerza se vería notablemente reducida. Las jirafas tienen adaptaciones extraordinarias para contravenir las normas: Su corazón pesa 11 kilos, el 1,5% de su peso y late 65 veces por minuto, el doble de lo esperado.
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