Un viernes de 1974, debido a la subida del petróleo, Fedex se encontraba al borde de la quiebra, con apenas 5000 dólares en sus cuentas, claramente insuficiente para volar sus aviones el lunes siguiente. En vez de darse por vencido, su fundador, Frederick W. Smith, decidió irse a Las Vegas y apostárselos al Blackjack. Pasado el fin de semana, volvió con 32 mil dólares, lo suficiente para mantener a la compañía en negocio unos pocos días más, los suficientes para conseguir inversores y recaudar 11 millones de USD en fondos, y salvar la compañía.
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