Nueva cara, nueva novia, nuevo avión, nueva documentación, nueva residencia, nuevo país, nuevos amigos y nuevos protectores. Ésa era la situación de la que disfrutaba José Manuel Carlos Llorca Rodríguez, uno de los fugados de oro españoles y sobre el que pesan dos órdenes internacionales de busca y captura, hasta que el pasado día 5 de mayo la Policía española dio con su escondite: Isla Margarita (Venezuela).
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