El fuerte viento que azota Andalucía y Castilla-La Mancha está provocando molestias en la comunidad de nudistas del país, que no sale a la calle por miedo a que la ventisca genere un vaivén descontrolado en los genitales de los varones que los exhiben por militancia. “He salido a tirar la basura liofilizada al contenedor biológico y la corriente me ha agitado toda la mandanga como una coctelera”. Una anciana de sesenta y dos años ha perdido el conocimiento cuando la ventisca ha levantado su pecho izquierdo golpeándole virulentamente la cara.
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