Hace algunos años me propusieron hacer un programa de radio dedicado a los misterios paranormales. El enfoque estaba claro desde un principio (escéptico, obviamente). Costó encontrar el título, una tarea que nos llevó varias reuniones y que se resolvió cuando alguien sugirió llamar al programa: “Fronteras de la ciencia”. Pero no le pusimos ese nombre: le dimos la vuelta y el programa se tituló “Fronteras del misterio”. Y es que eso de las fronteras de la ciencia es una trampa dialéctica que siempre se me ha atragantado. [c&p]
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