Responde al nombre de Sarah Petre Mears. Tiene 38 años y hasta ahora era una absoluta desconocida, pese a dirigir uno de los mayores conglomerados empresariales del planeta, con 1.200 compañías en el Caribe, Irlanda, Nueva Zelanda y Reino Unido. Petre-Mears es en realidad un gigantesco fraude. Pero existe, y dirige sobre el papel una complicada red empresarial radicada en diversos paraisos fiscales.
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