Cuando el fotógrafo Adrian Chesser dio positivo por VIH y se le diagnosticó SIDA, sabía que tenía que darle la noticia a su familia y amigos de alguna manera. Se le ocurrió la idea de invitarles a su estudio, uno por uno, para una sesión de fotos. Algo simple e íntimo para un proyecto sin nombre. Sin ellos saberlo, Chesser les revelaba su enfermedad y captaba sus reacciones en serie de retratos titulados "Tengo algo que decirte."
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