Ternera de primera sin partes grasas, pollo desviscerado sin piel y conejo muerto desviscerado, también sin piel. Toda la carne tiene que ser apta para consumo humano, por lo que ha debido pasar los mismos estrictos controles de calidad que imperan en el comercio. Ése es el menú destinado a alimentar a los linces del centro de cría en cautividad de La Olivilla (Santa Elena, Jaén). La Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, a través de la Agencia de Medio Ambiente y Agua, ha licitado un contrato por 36.600 euros para alimentarlos...
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