Las carreteras de peaje insolventes tienen un agujero contable de cerca de 5.000 millones. Podrá ser un organismo público el que se haga cargo. Algo así, como la antigua Empresa Nacional de Autopistas (ENA). Puede que sea una empresa mixta, constituida por el propio Estado y los acreedores -los bancos- e incluso puede que el instrumento que se acabe definiendo tenga una forma jurídica diferente. Pero de lo que no hay duda es de que las autopistas radiales ineficientes acabarán en algo similar a un "banco malo".
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