La madre, en un episodio más de violencia, preguntó al chico por sus deberes, éste no contestó y se encerró con él en el baño y comenzó a darle golpes contra las paredes hasta dejarle en coma profundo de extrema gravedad. El padre sabía de los abusos y, a pesar de ello, dejaba a su hijo solo con la madre en el hogar. Se enfrentan a 45 años de prisión por cabeza y una indemnización de 1,5 millones de euros por las lesiones causadas. En la actualidad el chico sufre un deterioro de las funciones cerebrales y motoras. Su grado de minusvalía: 98%.
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