El talento no siempre es una bendición. Laia Martín es una joven promesa del piano, pero su afición le ha costado un disgusto. Una vecina le interpuso una denuncia por ruido mientras practicaba en su domicilio de Puigcerdà y ahora el fiscal le pide siete años y medio por contaminación acústica y lesiones psíquicas. La acción penal también se hace extensiva a los padres de la concertista a los que considera cómplices. Su letrado, Marc Molins Raich, estima que este asunto "es un buen ejemplo de lo que no debe hacerse con el derecho penal".
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