Lo que en principio era una fiesta del deporte escolar para despedir el curso degeneró en una fuerte discusión entre algunos padres y la Policía Municipal, que acudió al recinto tras recibir quejas por el volumen de la música. Resultado: dos organizadores y tres agentes locales heridos. Los expedientes sancionadores que tramitan la guardia urbana y la Ertzaintza pueden desembocar en importantes sanciones económicas e incluso en penas de 2 a 4 años de cárcel, además de las penas por haber consumido alcohol en un edificio público.
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