Ayer se lanzó el StarCraft II, un juego esperado durante más de una década. Y si en algún país del mundo este lanzamiento tiene relevancia, es en Corea, porque aquí el StarCraft ha estado muy vivo durante todos estos años, con miles de fanáticos jugando a diario y una liga profesional que se retransmite por TV. El problema es que Blizzard pretende ahora cobrar una tarifa adicional por jugar en cibercafés (para rentabilizar más el juego), lo cual puede provocar un boicot y que los jugadores sigan usando el StarCraft original.
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