Fernando Polo no olvidará nunca el viernes por la tarde que acudió a dar de comer a sus borregos y acabó detenido. Una labor rutinaria en la finca de la dehesa boyal de Alcuéscar que aquel día se convirtió en la peor pesadilla que ha vivido en sus 47 años. Sobre las siete de la tarde, Fernando llegó en su coche a la finca municipal donde tiene su ganado, al rebasar la puerta se encontró con un hombre con el que compartió saludo y poco más. "Pero me di la vuelta porque hace unos días me robaron un borrego y me dije: "A ver si éste va a venir a..
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