Felipe González desveló este jueves en Sevilla que él renunció “a la ayuda para gastos de oficina” que cada año asigna el Ejecutivo central a los ex inquilinos de la Moncloa porque, según explicó, “ni quiero ni creo que sea bueno tener una pensión vitalicia”. González aclaró que, aunque permaneció 14 años al frente del país, “el periodo más prolongado de un presidente del Gobierno desde 1834”, decidió “discretamente” renunciar a esta pensión “para no afectar a otros expresidentes”.
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