¿Qué es el federalismo?
Pongamos las cosas claras y directas: para nosotros los libertarios -y cualesquiera que sean nuestras diferencias de opinión sobre puntos de detalle- la única forma de federalismo que podemos concebir y aceptar, la única que realmente merece nuestra atención, es la del federalismo libertario autogestionado. Por lo tanto, no es necesario detenerse en formas de pseudofederalismo como los ejemplos de Suiza, Alemania, Estados Unidos, etc., salvo para señalar sus imperfecciones.
Federalismo y nacionalismo
La noción de federalismo suele ser bien recibida por determinados grupos étnicos (1) que reclaman más autonomía y se oponen al centralismo despótico del Estado. Pero no nos equivoquemos: el federalismo, tal como lo entendemos, no tiene nada en común con esos intentos que, con el pretexto de defender las particularidades regionales, se basan en un nacionalismo escandaloso y, por tanto, tanto más tiránico. El nacionalismo, sea cual sea el nivel en que se manifieste, no puede amalgamarse con la idea de federalismo.
Recojamos la opinión de Gastón Leval: "Desde todos los puntos de vista, el federalismo separatista regional, cantonal o estatal, si sólo se concibe como la asociación superficial de elementos ajenos entre sí y decididos a permanecer ferozmente ellos mismos, no responde a ninguna de las grandes necesidades de la historia humana.
Estructuras del federalismo
¿Federalismo libertario autogestionado?
¿Cuáles son las bases, las estructuras, las características esenciales?
En la base de la idea de federalismo, de comunidad, está el principio de solidaridad y ayuda mutua. Es decir, el intercambio necesario y voluntario entre grupos y entre individuos. Esto implica que no puede haber una élite que tome decisiones por un lado y una masa dócil que las lleve a cabo por otro. El federalismo no es como una lotería en la que todos compran boletos pero sólo unos pocos tienen la suerte de ganar. En una palabra -o más bien en tres- el federalismo es responsabilidad de todos.
La solidaridad conduce necesariamente a la asociación libre y voluntaria. Este federalismo asociativo pretende armonizar las relaciones sociales, económicas, profesionales, etc. entre individuos y grupos a nivel local, regional y finalmente global, garantizando al mismo tiempo la autonomía de los individuos y grupos. Al abolir las nociones de autoridad y jerarquía, reduce las causas de antagonismo y conflicto y garantiza la libre expresión de las particularidades de cada persona.
El federalismo es el medio de articulación de la autogestión. Sus estructuras son tan simples como lógicas. Defienden los intereses individuales y colectivos mediante la consulta de nivel a nivel, según el principio de "ida y vuelta": del individuo a la comunidad y de la comunidad al individuo. Desde el punto de partida, que es el individuo, hasta la cúspide, que representa la comunidad, hay, de nivel en nivel, organizaciones que se esfuerzan, a su nivel, por resolver problemas particulares y generales, permitiendo así la solución más armoniosa posible de ambos.
Una sociedad para hombres y mujeres responsables
Coordinando y armonizando las relaciones humanas, el federalismo, como dice Alexandre Marc, "es ante todo respetuoso de la autonomía, de todas las autonomías - del barrio, del municipio, del equipo de trabajo, del taller, de las agrupaciones intercomunitarias, de las etnias, de las regiones, de las empresas, de las federaciones interempresariales, de las asociaciones sindicales y profesionales".
Este federalismo, autónomo, pluralista, se opone naturalmente a cualquier forma autoritaria y centralizadora. De la noción de beneficio, elimina todo lo que no es rentable para todos los hombres y para todas las comunidades. Por tanto, ya no se trata de adaptar al hombre a un tipo de sociedad determinado, sino de adaptar la sociedad al hombre.
La realización de una sociedad autogestionada, federalista y libertaria está vinculada a dos condiciones fundamentales:
1° La supresión del Estado, que monopoliza en su propio beneficio las responsabilidades que deberían ser ejercidas por los ciudadanos.
2° La supresión del sistema salarial, que esclaviza al pueblo sometiéndolo totalmente al sistema capitalista, que posee tanto los bienes como el poder.
Fundado en la asociación y la solidaridad libremente consentidas, el federalismo libertario de autogestión se opone, por tanto, tanto a la noción de "sálvese quien pueda" del llamado capitalismo "liberal" como a la de "todos para uno" del capitalismo de Estado. Supone una unidad necesaria que, como declaró Bakunin, "se constituirá libremente por la federación de las partes autónomas en el todo, de modo que éste, dejando de ser la negación de los derechos e intereses particulares, dejando de ser el cementerio en el que necesariamente vienen a enterrarse todas las prosperidades locales, se convertirá, por el contrario, en la confirmación y la fuente de todas estas autonomías y de todas estas prosperidades". (2)
De entre las brumas de la "utopía", este federalismo -sólo éste- es la solución propuesta a los problemas económicos, sociales y étnicos en los que se hunden y empantanan todos los llamados partidarios "realistas" del sistema autoritario.
A.P. (Le Libertaire)
(1) Grupo étnico: grupo de personas que están unidas por un cierto número de características de civilización, especialmente la lengua y la cultura.
(2) Michel Bakunin: Fédéralisme, Socialisme, Antithéologisme, L'Age d'Homme, Lausana, 1971.
Traducida por Joya
Original: www.socialisme-libertaire.fr/2020/05/pour-un-federalisme-libertaire-au