Se planteó como una medida disuasoria para contener el gasto farmacéutico, y lo ha conseguido aunque, a la larga, puede convertirse en un arma de doble filo. El euro por receta está destapando su cara más peligrosa. Al menos así lo creen los profesionales que capean diariamente con el tributo, que en 2013 empezará a cobrarse en Madrid. Según una farmaceútica, "algunas personas desoyen a su médico y aparcan la medicación porque no pueden pagar el euro por receta. Estas personas tendrán peor salud y pueden desarrollar enfermedades graves".
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