Los hombres normalmente no nos preocupamos de nada, ni de cómo nos vemos, ni de qué comemos y mucho menos de cómo olemos. Esto resulta en que lo más común sea que, en una relación de pareja, las chicas sean las que deciden que jabones usar en la ducha, mientras que los hombres clásicos simplemente usan el primer jabón que encuentran para limpiar sus partes privadas.
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