Unos ladrones han robado miles de abejas junto a sus colmenas destinadas a la Familia Real Británica. Las enfermedades y la disminución de las abejas y sus colmenas ha llevado a un gran aumento del valor de éstas y del coste de la miel, dando una razón a los ladrones para apoderarse de ellas. Los robos de abejas se conocen justo después de que se descubriera que otros ladrones habían robado el ganado de la reina Isabel que pastaba en la propiedad de Sandringham, en el sureste de Inglaterra.
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