La cuarentena les pilló en una habitación de tres metros cuadrados de la que debían marcharse. Ana, Marcos, su bebé y su niña de diez años pasaron sus primeros días de encierro en aquel pequeño cuarto pendientes de las plataformas de anuncios de alquiler, ansiosos ante la dificultad de encontrar otro lugar donde quedarse. Lo lograron, pero pocos días después varios agentes policiales aporrearon la puerta de su nueva vivienda. Ana aún estaba en pijama cuando se enteró de que tenían que irse por segunda vez, en un confinamiento en el que ya han d
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