"No sabía si darle la mano o no". Tommy Robredo meneaba la cabeza tras avanzar a la tercera ronda del Abierto de EEUU gracias a una de las victorias más extrañas de su vida, un triunfo ante un rival con la muñeca rota y que intentó seguir adelante sacando desde abajo. Benneteau no podía lanzar la pelota con la mano izquierda a la hora de sacar. Cada vez que intentaba elevar el brazo y darle dirección con su muñeca, el francés apretaba los dientes y desistía. "Ha sido extraño, no me había pasado nunca algo así", admitió Robredo
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