De acuerdo con un estudio de investigadores del Instituto Weizmann, cuando los sucesivos cambios medioambientales no ocurren de una manera aleatoria, sino que siguen algún patrón o regla (piénsese por ejemplo en ciclos meteorológicos) el código genético sabe interiorizar y aprender esta regla, para extrapolarla a sus futuras readaptaciones evolutivas. Vía Digg.
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