En 'The Wire' los drogadictos no eran imitables, porque resultaban penosos, feos, sucios y se drogaban en pisos abandonados junto a ratas y bolsas de basura. Llámenlo realidad. En 'Euphoria' (solo por empezar con uno de sus elementos disuasorios), la droga va aparejada a la belleza y a la aceptación social, y se entiende además que así es la juventud en Estados Unidos y, por supuesto, en todo el mundo, en Madrid o Sevilla, mocitos eternamente rodeados por luces de neón y ropa chillona alucinando químicas.
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