Después de tres años tratando de concebir, una pareja casada en los Países Bajos de los 30 años se enteró de que no podía tener un hijo porque el marido no produjo ningún espermatozoide. Ellos no querían usar el esperma donado por un desconocido, en parte porque esto significaría que el niño no comparten genes con el lado del esposo de la familia.
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