Una voluntad de dominio aflora en el modelo ofrecido por la pornografía de consumo masivo, en la que el hombre y la mujer simulan un acto de humillación sexual que constituye, en realidad, una humillación verdadera. Este modelo se ha impuesto progresivamente a través de internet hasta convertirse en nuestra principal escuela sexual. Esto no genera otra cosa que represión. ¿Qué podemos hacer para escapar de este bucle?
|
etiquetas: sexo , dominio , represión , sexualidad