La verdad por delante. No estoy en el AMPA de la escuela de mis hijos. Otra verdad: no sé si no estoy por falta de tiempo. Los que sí sé es que me entra mucha rabia cuando alguna madre mucho más activista que yo me mira por encima del hombro y te me dice: ¡Cómo! pero ¿no estás en el AMPA? Rabia, mala conciencia, mucha mala conciencia... dígase como se quiera. Otra cosa es que no estar en el AMPA no significa que no te preocupe la educación de los menores. Ahí va mi defensa.
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