[c&p] Parecía la solución ideal para tiempos de crisis. Trabajo bien remunerado en un emirato árabe lleno de petrodólares. Pero la realidad fue muy diferente. Tres mallorquines estuvieron tres meses, trabajando en precarias condiciones de seguridad y en jornadas de hasta quince horas sin llegar a cobrar, y cuando reclamaron los salarios prometidos fueron obligados a abandonar el país bajo amenazas y a dejar allí sus propias maquinarias de pintado industrial, valoradas en más de 15.000 euros. Y todavía tuvieron suerte...
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