Los hermanos, poco a poco, se fueron endeudando. Porque ella enviaba todo el dinero que ganaba al presunto militar. Y porque su hermana Francisca también picó en un timo idéntico. Francisca empezó a actuar como Amelia. A colgar fotos de su amado en redes sociales... y a enviarle dinero para costearse diversas eventualidades que le iban surgiendo. Los hermanos se quedaron sin blanca y empezaron a pedir prestado a los vecinos, según han contado fuentes del pueblo a este periódico. 500 euros a este, 1.000 a aquel, 3.000 al otro.
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