Contratados por una empresa alemana, trabajan jornadas de hasta más de diez horas en la construcción de la autopista que unirá dos ciudades en Holanda. La situación de desempleo por la crisis en España les hizo salir del país y que esa misma crisis les obliga ahora a callar ante la precariedad existente en el sector. "Nos quieren porque somos mano de obra barata", confiesan bajo el anonimato.
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