Durante siglos, el arsénico fue empleado para matar emperadores, reyes e incluso familiares poco convenientes. No tiene sabor, olor ni color, y hasta el siglo XIX era muy difícil de detectar en las autopsias. Las mismas cualidades que lo convirtieron en protagonista de la historia como veneno eficaz hacen que sea un peligro para la salud pública en muchas partes del mundo y ponga en riesgo a unos 140 millones de personas.
|
etiquetas: ciencia , investigación , arsénico