España sigue sin tener un lugar donde guardar de forma conjunta el combustible gastado en los ocho reactores nucleares en funcionamiento. Y, lo que es más importante, un lugar donde almacenar los residuos de alta actividad procedentes de la central de Vandellòs I, cerrada tras un incendio en 1989, que Francia comenzará a devolver a partir de 2011. De lo contrario, la parte española deberá pagar unos 60.000 euros diarios por el retraso, cantidad que aumentará cuanto más se demore la entrega del combustible.
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