Una señora que tiene a los niños criados y al marido ocupado en sus cosas, en vez de meterse en un gimnasio, decidió hacer una segunda carrera universitaria. La mayor parte de mis compañeros de clase son chicos cultos, de una tenacidad admirable. Con ganas de aprender. Con vocación, inteligencia y coraje. "Nunca he vuelto a hablar despectivamente de un joven universitario desde que estoy de nuevo allí. Deberías decirlo en uno de tus artículos, Reverte. Es de justicia. Sólo es otro mundo, el que viene. Una manera diferente de ver la vida".
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