Madre condenada a cuarenta y cinco días de cárcel y a un año de alejamiento de su hijo de diez años, porque hace dos, le dio una colleja al enano. De pequeño me sacudieron las mías y las del pulpo; y va siendo hora, creo, de que los culpables de aquel infierno paguen lo que hicieron. Mi padre, me dio una vez cuatro bofetadas que hoy le habrían costado, por lo menos, un destierro a Ceuta. Y mi madre, hasta que tuve edad suficiente para inmovilizarla con hábiles llaves de judo, no vean cómo nos puso con la zapatilla, durante años atroces.
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