Y resultó que hubo un cambio de gobierno, y el nuevo presidente tuvo una ocurrencia genial: nombrar como ministro de Defensa a dicho comerciante de armas, ¿Alguien lo puede mejorar? Ahora el comerciante, transmutado en ministro, pagará a su antigua empresa la indemnización correspondiente, 40 millones de euros (6.600 millones de pesetas). PREGUNTA: ¿de qué país y de qué época son estos hechos? ¿Del quinto mundo? ¿De un pasado oscuro? La respuesta a continuación. Relacionada
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