El 6 de junio de 1984 una unidad del Ejército Español entró en el pueblo de Abena/Avena (Jacetania). Tras convocar a los vecinos en la plaza, leyeron un bando acusando de “colaborar con la guerrilla” al alcalde y al alguacil, ordenando su inmediata ejecución. Frente a la incredulidad general y ante un pelotón de fusilamiento, estas dos personas recibieron disparos al grito de "¡Carguen, apunten, fuego!" por parte del teniente. Los soldados comenzaron a reírse: "¡Que eran balas de fogueo, hombre!".
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