Alivio: hoy la fiera está tranquila. Sólo cuando recuerda a qué hora ha sonado el despertador, la luz que despide su rajado rostro desaparece oculta por pesados nubarrones: "Hoy me he levantado a las 8.30 y ha sido una gran putada". Robe Iniesta, extremeño de 46 años, no deja el aspecto de marginado de poblado a pesar de que su grupo, Extremoduro, le ha permitido vivir de una forma cómoda.
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