La sentencia considera probado que el acusado se dirigió a un paraje almanseño, y tras forzar la puerta, accedió al interior de una casa de campo propiedad de otra persona. Una vez dentro, el acusado, y las personas que lo acompañaban, además de consumir en el interior de la vivienda varias latas de cerveza y dos botellas de whisky, se apoderaron de un aparato de TDT y diversas prendas de ropa. El acusado fue sorprendido por la Guardia Civil en el interior de la vivienda, tumbado en el sofá, desnudo de cintura para abajo y ebrio.
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