Cuando Bernabé Moya, director del Árbol de la Diputación de Valencia, divulgó la imagen, sus colegas botánicos se frotaron los ojos. Una legión de 946 cipreses de nueve metros de altura había resistido incólume al incendio que arrasó el pasado julio durante cinco días 20.000 hectáreas de la localidad valenciana de Andilla. La resistencia de un bosque de estos árboles en el último incendio forestal de Valencia sorprende a los expertos, que debaten su uso como barrera verde frente a las llamas.
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