Marie-Laure Picat es la otra cara de Jade Goody, la concursante de reality show británica que ha decidido agonizar ante las cámaras. Ambas padecen un cáncer generalizado. Su esperanza de vida se reduce a unas semanas. Pero mientras Goody exhibe su vida privada y su degeneración física, Picat la oculta púdicamente. Si su rostro ha salido en la televisión se debe a la batalla que ha librado contra la Administración francesa para poder elegir a la familia que cuidará de sus cuatro hijos. Ha ganado. "Me siento aliviada, ya puedo irme tranquila".
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