James Stringer, un inglés de 39 años y su novia habían estado tomando alcohol, y cuando ella se fue a dormir, él se quedó un tiempo más dando vueltas por la casa. Entonces, George, el perro de 17 años de la mujer salió al jardín de la casa pero al volver Stringer no lo dejó entrar y el perrito le mordió el pie. El hombre perdió los estribos, agarró al perro y lo sumergió parcialmente en la pileta de la cocina, donde estaban los platos sucios apilados. Cuando la novia bajó a la cocina, él le dijo "lo siento, maté a tu perro".
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