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En el nombre del padre

Amy Berg destripa las razones que permitieron a un cura de pueblo abusar de casi 300 niños y niñas durante más de 20 años. El final de la historia aterra: O'Grady, pasea libre por las calles de Irlanda, acude regularmente a misa y cobra una pensión vitalicia de la Iglesia.

| etiquetas: religión , católica , corporativismo , pedofilia , salarios , niños

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