David tenía dos talleres en Asturias, uno de coches de competición, que se comió la crisis, y otro de mecánica general que funciona lo suficiente para vivir, pero no para crecer, por eso se ha ido a Australia "intenté por todos los medios abrir un taller más grande para dar trabajo a gente. Me estuvieron mareando con el ICO, al final no me dieron el crédito. El banco me prometió que sí me lo daría, al cabo de tres meses me dijo que no y perdí un montón de dinero... nada. En este país no hay dios que emprenda nada".
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