La afectada, que es una inquilina que dejó de pagar, tiene el desahucio suspendido hasta junio por resolución judicial. Marlo no es okupa, es una inquilina morosa. Tiene un 65 % de discapacidad por una enfermedad en los huesos, pero siempre se ha negado a que le den la invalidez. Ella es traductora, sabe cinco idiomas y durante 23 años ha vivido y trabajado en España. "Hasta ahora no sabía dónde estaban los servicios sociales", explica.
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