El Instituto Nacional de la Seguridad Social obliga a una mujer enferma de cáncer de mama a trabajar a pesar de tener una dispacidad reconocida del 41 por ciento. La afectada -que fue cajera en un hipermercado- acaba de perder el juicio contra el organismo público que la considera "apta" para seguir desarrollando cualquier tipo de trabajo. Los informes médicos de la Junta de Andalucía desaconsejan que haga esfuerzos con los brazos por su cáncer de mama. Tres veces en semana acude a consulta para seguir el tratamiento.
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